Llego pronto todos los días. Es eso o llegar tarde. Sin pensar me pongo a andar y, todos los días, acabo en el mismo punto. El único punto de este edificio que “me pertenece”. No tengo nada que dejar, ni está diferente a ayer, pero miro por si acaso. 

 

El análisis del recorrido en un lugar muy conocido lleva a la inevitable reflexión sobre el pasado del lugar. Lo que ha sido el espacio crea leyendas, ficciones o posibles realidades ocurridas. Cosas que ocurrieron donde ahora pisamos sin pensar (o no). La reflexión sobre el pasado siempre termina en el mismo momento: el presente. Gran parte de este recorrido lo protagoniza la inseguridad, desde la incomodidad física hasta las inseguridades mentales que al final son una vez más, ficciones.  Sin embargo, el verdadero presente no recorre este recorrido, no termina en una taquilla, no llega a ocurrir. Porque el presente que se ha recreado no existe ya, si no no habría un símbolo de Meet en el cartel de la puerta.

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La obra ha sido creada a partir de la recreación de sonidos hechos con la propia voz o cuerpo, para después ser editados y modificados.